La revolución tecnológica en la que vivimos tiene un impacto cada vez más potente en el mundo de la logística y el almacenamiento. Cada vez más las empresas venden un mayor número de productos online y precisan mejores y más ágiles servicios de entrega, que el cliente valora y que influye en su nivel de satisfacción con el vendedor.
Además, muchos procesos de almacenamiento están quedándose obsoletos dejando a empresas tradicionalmente hegemónicas en situaciones delicadas y con un futuro incierto.
En este nuevo entorno surgen nuevos modelos logísticos y de almacenamiento como el crossdocking en el que los tiempos de almacenaje son muy breves o inexistentes, sólo el necesario para entregar un paquete o mercancía casi sin tratamiento intermedio. Permiten ahorrar costes de almacenaje, de distribución, de inventario y de personal, pero implican un cambio en el modelo tradicional de almacenamiento al exigir espacios próximos a los centros y las grandes urbes, bien conectados y dónde el tamaño pasa a un segundo plano en favor de la versatilidad y flexibilidad de los elementos de almacenamiento.
Soluciones de carga manual que permiten trabajar con múltiples referencias de volúmenes y tamaños diversos y con elevada rotación, se imponen a soluciones diseñadas para paletas o para ser gestionadas por elementos mecánicos que requieren más superficie y cuya rentabilidad es imposible fuera de polígonos.
El cambio en los procesos, la tecnología y la actualización de las estanterías y elementos de almacenamiento a esta nueva realidad es, por tanto, vital para las empresas logísticas y su supervivencia depende de ello en la mayoría de los casos, siendo la tecnología el elemento clave.
Según nuestra experiencia, las principales tendencias de la transformación digital del sector logístico a tener en cuenta son:
- La combinación de tecnologías digitaliza la cadena de valor logística.
Ya no se puede hablar de las tecnologías por separado, sino que muchas de ellas actúan de forma conjunta, multiplicando su efecto. La nube (eficiencia y comunicación), el mobile (aplicaciones) y el big data (conocimiento del cliente) son los ingredientes de un cóctel muy disruptivo.
- El objetivo vuelve a ser “la experiencia de cliente”.
Siguiendo una regla casi universal en el mundo de la empresa, el cliente es ya el eje de los productos y servicios logísticos. Por tanto, su satisfacción y fidelización son claves para las compañías.
La digitalización permite conocer mejor sus patrones de uso, flujos y demandas, atenderle de manera excelente desde el inicio de su relación con la empresa y personalizar las experiencias.
- Las infraestructuras también se hacen inteligentes.
Aunque a menor ritmo que en otros sectores, las infraestructuras de almacenaje se actualizan y digitalizan. En este escenario juegan un papel fundamental las tecnologías del Internet de las Cosas, que combinan sensores, comunicaciones móviles, algoritmos y big data.
- Cualquier tecnología tiene cabida en el mundo de la logística y lo mejora.
Como sector próximo al mundo de la industria, hay muchas tecnologías y aplicaciones comunes entre todos ellos y las que se desarrollan para un caso concreto suelen ser extrapolables al resto: robots que automatizan el almacenamiento y la distribución de mercancías, sistemas blockchain que resuelven transacciones o inteligencia artificial que guía a los vehículos autónomos, son muestras de que las últimas tecnologías están penetrando de forma capilar en este sector.